lunes, 3 de enero de 2011

La verbena de la paloma

"El aceite de ricino
ya no es malo de tomar.

Se administra en pildoritas

y el efecto es siempre igual.
"
 

Reconozcámoslo. Queramos o no. Nos guste más o menos. Las aprovechemos o las pretandamos ignorar. Aunque seamos de "letras puras" o descendientes en línea directa de la E.S.O. Están y las usamos. Siempre que podemos y sabemos ( que también siempre es menos de lo que cualquier criaturita de tres años es capaz de hacer con ellas). Benditos avances científicos que nos ponen en la mesa del desayuno las desgracias del mundo, en el bolsillo los SMS del pesado o pesada de turno,  en las lista de amistades de Facebook las compañeras de clase a las que aborrecíamos y dejan el buzón para uso exclusivo de las facturas de Master Card (para todo lo demás, y claro...lo demás es mucho y cuesta una pasta).

Y no tenemos la menor idea de quién inventó el transistor, de cómo llega Belén Esteban a la pantalla plana ni del montón de descubrimientos que hicieron falta para llegar a ese punto de la involución humana, de para qué los anuncios de tu correo electrónico contienen, casualmente, palabras que se han utilizado en tus últimos mails, de por qué diablos te enteras antes de una ejecución en Sumatra que de que tu novio te puso —te pone, bonita, entérate ya los cuernos con tu mejor amigo. Ni falta que nos importa.

Pero siempre tiene que haber un pero ¿no? es un clásico, como las uvas cutres del 31 de diciembreeso sí: tenemos direcciones electrónicas ( y más de una, confiesa cuál es tu dúo preferido ¿gmail y hotmail?¿yahoo y gmail? ¿hotmail y yahoo? no me digas que hotmail y yahoo...qué poco glamour), y tenemos Iphone, o Black, o las dos, y cuenta de Youtube, y de Twitter y de Facebook y hemos estado en un montón de foros (todos de Literatura o de cocina, palabra. ¿De contactos? ¡never!, ¡never, never, never y quien diga que yo era potrilla_retozona miente!) y ¿cómo no?  ¿quién podría tener una vida virtual como dios manda sin tener un blog?

Los blog son un mundo apasionante. Hay quien dice que ya están desfasados. Que si son a la era virtual lo que Proust a la novela, que si qué aburrimiento, que si hay tantos y aún así es imposible encontrar uno bueno (sigo hablando de blogs, este post no es sobre encontrar pareja), que o nadie comenta y así no hay quien se motive, que si comentan demasiado y es un rollazo contestar a tanta gente, que si, que si, que si. Y aún así. Aunque no sepamos nada de html, de ccs, de feeds, de post, de span, de spam, de códigos...total, si ya los hacen "pa tontos". Y aunque tú escribes para tí, y no pretendes ser escritora, o escritor, y en realidad no quieres que nadie te lea y sólo es para desahogarte, dejas caer el nombre en las conversaciones como quien no quiere la cosa, o no sabes de qué manera, a pesar de la ultra privacidad de tu página en cualquier red social, el enlace al blog aparece. Y miras si alguien le ha dado al botoncito de seguir, y cuentas el me gusta-no me gusta, y repasas las visitas a tu página y miras las ip's y flipas cuando ves que hay alguien con la santa paciencia ( o la vida tan  vacía como ) para visitar el tuyo 95 veces en 40 días. Días de 4 , de 6, de 10. Entradas a distintas horas pero con horario regular. Paseos por los comentarios y comentarios preferidos que se visitan más que otros. Y repasos pulsando botoncitos, siempre los mismos. 

Ahora es un juego familiar imaginar qué lleva a alguien a levantarse a las siete de la mañana y ponerse a leer tonterías, adivinar cuándo estás de vacaciones porque cambia el horario, apenarnos cuando a las cuatro de la mañana de una Nochebuena no tienes nada mejor que hacer que andar por aquí.

Me pregunto si sabes que sé. Si te has parado a pensar que estos aparatitos lo dicen todo. Que Goocle Maps cuenta la ubicación de tu ordenador, que hasta qué explorador usas saben estos aparatos del horror que sólo podría haber inventado alguien tan aburrida o tan cotilla como tú. O con tan pocas cosas interesantes para llenar su vida. Disfruta la visita, estás en tu casa.


"Hoy las ciencias adelantan
que es una barbaridad

¡Es una brutalidad!
!Es una bestialidad!"


Belleenlasombra©

viernes, 31 de diciembre de 2010

Japi niú yíar (¿o no será con ye?)

Bueno, pues nada, ya estamos otra vez con la cantinela. Que si las uvas, que si las lentejas, que si el anillo en el cava (haciendo patria catalana) que si algo rojo, que si algo azul, que si algo prestado, que si el arroz, que si niña no comas por la calle que no te sale novio, que la campana de la vela se repica por San Antonio, que ya es Navidad en el Cortinglés, que por mayo era por mayo y que qué verde era mi valle. La sal con la mano derecha por encima del hombro izquierdo, la carta astral al minuto, la escoba detrás de la puerta, la maleta con una muda delante, el pero y las tijeras en la cruz, el tarot de Rider, plis, que el de Marsella es muy burgués y una tiene sangre azul y vocación de princesa (¿no han visto mi corona? pasen por mi Facebook ¿a qué esperan?).

Y la letra con sangre entra y quien bien me quiere me hará llorar y si te he visto no me acuerdo y si hay que ir se va pero ir pa ná es tontería, pero ni por cruzar los dedos de las manos y los pies, ni por hacer changuitos, ni por rezar dos padrenuestros y tres avemarías, ni por mucho madrugar ni por arrimarte a buen árbol te libras.
 
Y ya puedes cantar bajo la lluvia, echar a volar Seven Up, Seven Up pasar 55 días en Pekín, comprarte un pez llamado Wanda o buscarte un buen padrino.

Esta vez te felicito como tiene que ser digas lo que digas. Te juroo en su defecto prometo que no me supone la menor molestia, al contrario, será un placer y si el placer es tuyo pues mejor para ti y si no lo es pues ni idea de qué puede pasar porque en los libros de urbanidad de las monjas no venía ningún ejemplo en ese caso. Está todo listo. Como en un anuncio de la tele, o del cine que se ven más grandes y se escuchan en Dolbisurráun.

¿Qué lento pasa hoy el día, no?

Me come la impaciencia.

María Martín ©

domingo, 19 de diciembre de 2010

Enredada

Todo era perfecto. Entrar a escondidas. Espiar tras la puerta. Adivinar qué hay tras cada palabra, tras cada insinuación. Es como rebuscar en los cajones de la abuela y encontrar unas cartas amarillentas atadas con un lazo rojo y saber que jamás sabrá que las tocaste, que las oliste, que las leiste. Y leerlas.

La esperanza un poco tonta, te dices o te preguntas o vete a saber tú qué, de encontrar una clave ¿para qué, para quién?, un pequeño rayo ¿de esperanza, de luz, de alivio, de ya lo sabía yo? Cada canción el oráculo que te confirma lo que quieres creer, cada palabra una declaración de ruindad ¿la tuya al leer, la mía al escribir? Mueves el ratón con el corazón un poco encogido como una niña o un niño esperando ser cogidos en falta y a la vez victoriosa por haber alcanzado casi sin darte cuenta la caja de Pandora. Y lees.

Pero he dicho era. Y es que...no sé si decírtelo o callarme y divertirme un tiempo más. Ahora soy yo quien mira tras la puerta, se han cambiado los papeles y se espía a quien espiaba y ya no se sabe quién es quién o cómo empezó o acabará esto o p'adonde es p'alante. Y tanto va el cantaro a la fuente que te diré quién eres. O no. Tampoco es que tenga demasiada prisa, la verdad, sólo un poco de curiosidad por ver si éste no te gusta o no te gusta. Siempre tan lanzada. La chispa de la vida. Con un par.

María Martín ©