lunes, 28 de diciembre de 2009

Clandestina(mente)

El bar estaba lleno de gente. Había una mezcla confusa de música, entrechocar de vasos y platos, conversaciones a voz en grito que se superponían una a otras...Acercamos varias mesas obviando la mirada malhumorada del camarero y, como siempre, nos sentamos alejados el uno del otro. ¿Lo recuerdas ? Apenas capaz de cruzar dos palabras contigo, temerosa de que el temblor de la voz, el brillo de los ojos o la carita de felicidad me delatasen, pero estabas ahí y la fuerza de tu presencia me aturdía , hablé sin parar sin saber lo que decía (ya, lo sé, no es ninguna novedad) y supongo que, si los demás no hubiesen visto mi refresco habrían pensado que estaba borracha. En realidad lo estaba, borracha de ti y borracha de felicidad, borracha de amor aunque nunca haya tenido, ni entonces ni ahora, valor para reconocerlo, borracha de alegría y de satisfacción. Si al ir o venir nuestros cuerpos se rozaban mínimamente sentía una descarga eléctrica recorrer mi espalda, las rodillas me fallaban y dudaba de que fuesen capaces de sostenerme. Afuera, fuera de ti y de mí, el bullicio general aumentaba, era el último día juntos y empezaron los brindis, los besos, los abrazos, los buenos deseos y las fotos. Los cuerpos se acercaron rozándose inocentes ( o no tanto , quién sabe cuántos secretos esconde aquella foto además del mío –del nuestro-), los brazos apretaron las cinturas. Cara de foto. Lo detesto.

- Los hombros más juntos, ¡¡no , así , no!...que no, que no salís todos..un poco más ...así, justo así ¡¡quietos!! uno, dos, tres... venga , otra más.

Sin necesidad de mirar supe que era tu mano la que tomaba despacio la mía, entrelazaba los dedos en silencio y la ponía en el hueco entre mi espalda y un corazón que notaba con toda claridad latir desbocado.

-Ahora decid patata pa-taaaaaaaa-ta aaaasí!!

Dicen todos los que ven aquellas fotos (los compañeros, los amigos, la familia...) que salí radiante, que no entienden por qué nunca quiero posar y huyo despavorida nada más ver una cámara. ¿Cómo explico que no salgo bien si no me fotografían -a mí, que nunca bebo-, en plena borrachera?

María Martín ©

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