martes, 25 de mayo de 2010

Desviviéndo(me).







Nuestra existencia no es más que un cortocircuito de luz entre dos eternidades de oscuridad.

Vladimir Nabokov.



Cierro los ojos y los vuelvo a abrir. Oscuridad. Miedo.

Cerrados. Abiertos. Oscuridad. Estrellas diminutas que pinchan tras los párpados. Hebras oscuras que pasan fugaces, luego, desaparecen. Esperanza.

Cierro. Abro. Luz. Resurrección.


— No hay nada peor que leer a Nabokov antes de ir a dormir—.





María Martín ©

2 comentarios:

Helio Ayala dijo...

Yo suelo tomarme una infusión de esperanza, ternura y luna nueva; eso sí, con dos cucharadas colmadas de estrellas.
¡Verás que bien duermes!
;)

Belle dijo...

EN mi caso, no hay manera. Insomne impenitente.

Besitos :-)