Nuestra existencia no es más que un cortocircuito de luz entre dos eternidades de oscuridad.
Vladimir Nabokov.
Cierro los ojos y los vuelvo a abrir. Oscuridad. Miedo.
Cerrados. Abiertos. Oscuridad. Estrellas diminutas que pinchan tras los párpados. Hebras oscuras que pasan fugaces, luego, desaparecen. Esperanza.
Cierro. Abro. Luz. Resurrección.
— No hay nada peor que leer a Nabokov antes de ir a dormir—.
María Martín ©
2 comentarios:
Yo suelo tomarme una infusión de esperanza, ternura y luna nueva; eso sí, con dos cucharadas colmadas de estrellas.
¡Verás que bien duermes!
;)
EN mi caso, no hay manera. Insomne impenitente.
Besitos :-)
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