lunes, 24 de mayo de 2010

Doctores tiene la Iglesia


A veces no decir toda la verdad no es mentira, sino una forma superior de verdad. San Agustín.

Más razón que un Santo tiene el señor éste de la frasecita. Y ya tiene mérito, porque que sea santo lo sabemos ustedes y yo, pero cuando él dijo la frase no tendría la menor idea de que le iban a canonizar -digo yo-, porque en aquél entonces ( ¿no es una expresión magnífica? " en aquél entonces" piénsenlo) no tenían filtraciones a la prensa casi con toda seguridad, porque no es lo mismo un mensajito al FB (léase feisbuc y escríbase Facebook en ocasiones más solemnes) un fax, un sms, un telegrama, o incluso una carta certificada -si me apuran-, que poner a un amanuense como loco a hacer una copia, envenenarle después con cuidado para que no venga un Eco cualquiera, se entere, lo cuente y te hagan un best seller  o una peli taquillera...y la exclusiva de la santidad a tomar viento fresco. No, si uno se hace santo, se hace santo como Dios manda, después de muerto y sin poderlo disfrutar ni celebrarlo con los amigotes, como buen católico .

De todos modos, -por una vez, sin que sirva de precedente y a pesar del título- no me voy a meter con la Santa Madre Iglesia (la católica apostólica y romana).  Hoy el  tema es la susodicha frase del susodicho santo. Lo de la verdad y la mentira es una cosa que ha interesado mucho de toda la vida de Dios (ea, ya salió otra vez ¿será por esto lo de omnipresente?) a los de las sotanas, a los filósofos (con y si sotana), a gente normal e incluso a mí. ¡Anda que no le llevo yo dadas vueltas al tema!. Después de tantos años de  mentirijillas sin importancia (claro que hice los deberes, yo también te quiero, agente palabra que mi velocímetro iba a 80...) nunca me lo había planteado así. Les aseguro que he visto la luz. Porque si echamos cuentas, ni el santo,al que también le gustaban las Matemáticas, me negaría que no decir toda la verdad podría ser, por ejemplo, una media verdad o una verdad a medias (¿serán lo mismo?) y eso te abre todo un mundo de posibilidades,- no ya por la parte que te ahorras de andar contando detalles que al final aburren y " pa qué"- sino porque ese ahorro de energía, además "es una forma superior de verdad" ¿mola o no mola? . 

Y claro, a la cabeza se me vienen sin querer mil ejemplos, y todos me gustan , y todos me descargan la conciencia ( que tanto cargo tanto cargo bueno , bueno , no puede ser) : "no sé cómo he podido suspender el final con lo que estudié" ( -juro que fueron dos horas intensas- es la parte que no digo para convertir mi suspenso en verdad -esa sí- superior) "qué voy a mirar a otros chicos"(-puedo prometer y prometo que les tocaré directamente-) y todos esos ejemplos que os están haciendo sonreír ahora. Pero hay uno...hay uno que me habría alegrado el día si no me hubiera dado cuenta de la trampa. Jodío Agustín, con razón le regalaron día propio y le  nombraron Doctor -ná menos-: el buen hombre dio con la clave para hacer realmente indisolubles los matrimonios eclesiásticos. 

No sé si entra exactamente en lo de verdad a medias, pero supongo yo que habrá mentiras a medias y medias mentiras y que por la misma regla de tres serán también una verdad superior ¿o será una mentira superior? El caso es que imaginen la escena: 

-«Fulanita ¿quieres a Menganito por esposo en la riqueza y en la pobreza ( -que sea tu puta madre quien le aguante en la pobreza ¿pan y cebolla? no es una dieta reconocida por la OMS-), en la salud y en la enfermedad ( -donde se verá más solo que la una a no ser que crea yo que heredo rapidito-), todos los días de tu vida (-¿ pero se pueden decir maldiciones en una iglesia? ¡coño!) hasta que la muerte os separe( -¡ lagarto, lagarto! que sea la suya, notejodelcura con las ganas de fiesta -)?». Y contestas que sí porque a ver que vas a decir con tu suegra al lado, y te has hecho la puñeta  pa los restos. Porque el "sí" es a media verdad , y no dices tampoco ninguna mentira, pero has dado tu consentimiento y ahora tu matrimonio no es una verdad sencillica, de andar por casa, que mañana puedes decir, «bah, cari, ( o churri en su defecto) tú sabes que yo lo decía en broma». No, no. Ahora es una verdad superior. Y  eso es lo que hay.


Así que el tipo de la frase, que me estaba cayendo hasta simpático y todo, ha resultado ser otro cabronazo barriendo para casa. Estos curas no dan puntá sin hilo, o paso sin guaracha, qué gracioso el tío con no decir toda la verdad. Para ese viaje no necesitaba yo alforjas, y menos a un santo,  que ya lo dicen unas sevillanas : "A veces, muchas veces veces, más de cuatro veces, todas las cosas no son, como parecen".



María Martín ©

2 comentarios:

Helio Ayala dijo...

Me parto y me troncho... lo que no sé si sabes es que este insigne doctor y santo, fue un putón verbenero hasta que se convirtió... osease lee la frase ahora desde esa clave, jajajaja

Que bueno María.

Belle dijo...

Si es que eres un lector mú agradecío :-)