martes, 4 de mayo de 2010

Eclecticismo


 Esta mañana he decidido reencarnarme. Igual suena un poco raro, pero no me queda otra. Ha sido una decisión consensuada que hemos tomado, básicamente, por motivos de organización los hombres de mi vida y yo. No me da tiempo para querer a todo el mundo. Y es un problema gordísimo.  En realidad, no es cuestión tanto de tiempo como de las secuelas de la educación católica, porque yo me siento culpable (y entre ellos pillan unos rebotes más tontos...aunque eso, ahora, no viene a cuento). La culpabilidad tampoco es un invento cristiano, lo sé; la religión judía es con los sentimientos de culpa como el acelerador de partículas europeo que hace bigbanes de andar por casa- pero a lo bestia-,  y de aquellos polvos vienen estos lodos.

En realidad lo que he sido siempre es budista, sólo que no lo sabía. Me lo dijo al oído un hombre (de mi vida, ésta, la única que tengo por ahora) mientras hacíamos el amor. Nunca me dijo te quiero, pero ¿quién quiere te quieros si te miran a los ojos y se paran los ríos que van a dar a la mar -que es el morir-?.  Yo habría preferido ser rica, pero bueno, si él dice que soy budista y que soy rica no lo dice el extracto bancario ¿quién tiene más pruebas? el budismo, efectivamente. Si el extracto bancario o yo fuéramos cristianos no necesitaría pruebas porque acudiría en nuestra ayuda la Fe, que no me acuerdo muy bien si era lo de no equivocarse, lo del dedo en la llaga (y esto nos lo leían a niñas y niños de cuatro o cinco años y después se extrañan de que ser terapeuta sea profesión en alza) o la paloma aquella que siempre estaba al lado del triangulico con el ojo, y que lo mismo servía para llevar una rama de olivo que para una inseminación artificial ( si hubiera sido un palomo no habría podido, porque creo que son casi todos cojos-pero, si acaso, lo de las discapacidades funcionales en las aves hablamos otro día-).

La Ciencia podría acudir en mi auxilio y con las once cuerdas esas hacer un nudo, que palabra que tengo un amigo que los hace, y me dejo siete horas en diez minutos y con diez minutos de diferencia ya puede una echarse un novio al otro lado del Atlántico, y eso ayuda un montón y va para las ojeras bastante mejor que el roll-on de Estee Lauder -dónde va a parar-.

Así que nada, mientras la Física, la Química, las Matemáticas o lo que sea vengan en mi ayuda, me reencarno hoy o mañana, en cuanto tenga un rato porque estoy liadísima, tengo yoga, dos novenas, masaje reiki, tai-chi y que recitar unos mantras. Después voy a  limpiarme los chakras y a acostarme temprano que mañana me levanto para el Rosario de la Aurora. Y el primer hueco que tenga me voy reencarnando (en especie  protegida o en transnacional petrolífera que creo que está de moda) a ver si llego a todo y me gano un cielo que me mole, con huríos ( que a mí las hurís, -por ahora-, no me ponen) porque el blanco no me favorece,el arpa me destroza las uñas, las alas no sé si aprendería a manejarlas y, sobre todo, que a mí me gusta el queso Picón, pero el Philadelphia...va a ser que no.

                                                                                                                                           María Martín ©

2 comentarios:

Helio dijo...

jajajaja me parto,;) que bueno, que bueno... pero entonces? por qué coño te quieres reencarnar?

María dijo...

Helio "me s'olvidó"...