lunes, 14 de junio de 2010

Crónicas chilangas I . ( Primer encuentro).


- Señorita! (-ha dicho señorita, no puede ser a mí-)

- Discúlpeme, señorita! (-me parece que si se pone a mi altura, me da en el hombro con el dedo y empieza a caminar a mi lado esperando respuesta mientras me mira sí va a ser a mí. Qué habré dejado caer ya?-)

- He escuchado su acento. Española. (-Premio para el caballero, qué sagacidad! Voy a sonreir con malafollá a ver si se larga-)

- Sabe que está usted bien bonita? (-Sujétate Amparo, que te han dicho que aquí la poli no es muy de fiar. Respira. Una, dos. Así-)

- Gracias señor (-Iba a decir señorito pero le he prometido a mi madre portarme bien, que si no...-)

- En España se dice maja. Bien maja. (-Madre mia,qué valor-).


Entonces le miré de verdad. Y qué bien. A la porra las teorías feministas. Este abuelo se merece un momumento. Menudo debió ser en sus tiempos. Qué raya en medio, qué guayabera, qué bastón y qué manera de moverlo, qué mirada tan limpia y qué sonrisa tan transparente, qué mierda!

Le sonreí de verdad y caminamos juntos unos pasos,apenas dos o tres, en silencio y sonrientes, olía exactamente igual que mi abuelo. A limpio y a seguridad

Y es que los principios no son siempre irrenunciables. No cuando se convierten en un parapeto para ignorar al otro. Ayer me lo recordaron desde otra vida, desde otro mundo, desde el recuerdo. Los principios, a veces, huelen a Varon Dandy.

- Señorita, sólo una cosa más: este paseo alegró mi día.

- Y el mío,caballero, y el mío.

María Martín©

2 comentarios:

Helio dijo...

;) por estas cosas, a veces envidio ser mujer, y guapa.

Belle dijo...

Ah ¿pero no lo eras? ;-)